En una reunión en la sede de ACDE donde estuvieron autoridades de los ministerios de Interior y Desarrollo Social junto con voluntarios de Fundación Fénix (similar a Espartanos en Maldonado) y directivos de empresas se comenzó a trabajar para tener este programa en cárceles de Montevideo. El proyecto Espartanos ha sido un ejemplo en Argentina deade 2009 de cómo el deporte y la espiritualidad pueden transformarse en herramientas poderosas de reintegración social dentro de las cárceles. Fundado con el objetivo de reducir la reincidencia entre los reclusos, este programa ha crecido y ha llevado esperanza a quienes alguna vez vieron su futuro con desesperanza.
En una reciente entrevista, el fundador de Espartanos compartió lo que este proyecto ha significado para él. “Te deja esperanza”, afirma, con una convicción palpable. A través de Espartanos, ha aprendido que lo imposible no existe, aunque reconoce que el camino es arduo y desafiante. El proyecto ofrece herramientas que permiten que los propios reclusos se transformen, aunque él modestamente señala que es cada individuo quien realiza su propio cambio. “Bajás los prejuicios, te interesás por las cosas verdaderamente importantes”, concluye, destacando que Espartanos lo ha hecho mejor persona.
La idea surgió de una experiencia personal. “Vi personas tristes, con resentimiento. Abatidas”, recuerda el fundador. Fue ese panorama lo que lo impulsó a hacer algo diferente, y decidió llevar lo que conocía: el rugby. A lo largo de los años, el proyecto se enriqueció con la espiritualidad, especialmente gracias a la intervención de Damián Donnelly, quien introdujo el rezo del rosario en las actividades del grupo. Aunque el rugby fue el punto de partida, la espiritualidad ha sido un pilar fundamental en la transformación de los internos.
El fundador, además de su trabajo como abogado y conferencista motivacional, sigue involucrado activamente en el proyecto. A través de charlas en empresas, promueve la importancia de brindar oportunidades laborales a los liberados. A pesar de las dificultades que enfrentan los exreclusos, como la falta de experiencia laboral y los prejuicios, la mayoría de ellos logran adaptarse gracias a su gratitud y disposición para aprovechar la nueva oportunidad que se les ofrece.
Finalmente, el fundador invita a los empresarios a involucrarse. “Anímense a dar una oportunidad, vayan a ver lo que se hace”, sugiere. La reinserción laboral de los liberados no solo beneficia a quienes salen de la cárcel, sino que también genera un impacto positivo en las empresas y en la sociedad.
Con la próxima llegada del proyecto a las cárceles de Montevideo, Espartanos continúa extendiendo su impacto y demostrando que, a través del deporte, la espiritualidad y el apoyo comunitario, es posible ofrecer segundas oportunidades y construir un futuro mejor.